Sortijas de azabache
como secas tu cabellera al sol.
El respaldo de la silla en el marco,
los batientes abiertos, con peinador blanco
juegas con tus mechones que se airean al sol.
No sé adónde miras, no sé qué quieres ver,
no sé si te has peinado, no sé … qué vas a hacer.
Te imagino la mirada perdida, la vista en la pared.
Luces una sortija de cuentas de azabache,
un simple aro negro con engarces tan finos que apenas se ven.
Tus dedos se recrean entre rizos y bucles
del pelo que reposa y oculta tu piel.
Y de ese juego tuyo, que pareces ausente,
se desprende el silencio que no quiero romper.
Anna Babra
I els teus ulls que miren...
ResponEliminaEls teus cabells al sol... I allò que no sé dir.
EliminaSalut, Montse.
Anna Babra
Y la visión se vuelve más excitante si el que mira no es visto.
EliminaUn saludo, Anna.
¿Quién sabe si las sortijas de azabache lo saben? Y si lo intuye
Elimina¿Se meceran más sus dedos entre ellas?
Estar oculto siempre es una ventaja.
Salud, Cayetano.
Anna Babra
El silencio expone sus propias palabras al sol.
ResponEliminaFackel, precioso este comentario tuyo. Muchas gracias.
ResponEliminaSalud.
Anna Babra
ResponEliminaQué bonito, Anna.
Siempre el misterio es atractivo y excitante. Besos.
¿Quién mira, qué ve? ¿Él, ella?
Elimina¿Y eso importa? ¿Lo saben las sortijas de azabache?
Gracias, Soco y salud.
Anna Babra.
Me ha parecido una joya del expresionismo abstracto.
ResponEliminaTe felicito
Salud
Francesc Cornadó
Si lo ves abstracto entiendo que has visto más allá de lo que parece.
ResponEliminaMe siento muy halagada.
Salud, Francesc Cornadó
Anna Babra